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sábado, 9 de octubre de 2010

Capítulo 17. Equipo.

-          ¿Vas a traerte todo el vestuario de Lucas? Lo digo por ir comprando un armario para su ropa…
-          ¡Mama deja la persiana bajada! –gruñí metiendo la cabeza bajo la almohada. Saqué un poco la cabeza y la miré de reojo. –Mamá, ¿me haces el favor de dejar la chaqueta de Lucas donde estaba? De paso también puedes dejar de husmear mi cuarto, a saber que estás buscando. ¿Dónde están Andrea y mi prima?
-          Lidia ha salido con un tal Aitor  y…
-          ¿Aitor? –yo creía que le gustaba Víctor…
-          Sí. Y Andrea ha ido a una reunión del equipo de Voley. Te lo ha estado diciendo esta mañana, pero creo que no le has echado demasiada cuenta. Como capitana del equipo que es ha citado textualmente: “Por favor Laura, dile a Celeste que se va a enterar en el próximo entrenamiento como no aparezca antes de las doce y media en el parque, que le van a llover balones del cielo y todos ellos con intenciones de desfigurarle el careto de babosa subnormal de la vida que tiene desde anoche.” Luego me pidió disculpas, creo que por lo de babosa subnormal, y se fue.

Mi madre dijo esto totalmente seria, tal y como se lo habría dicho Andrea, el equipo de Voley era lo único de lo que ella podría hablar seriamente.

Me levanté, eran las doce pero con suerte aun las encontraría en el parque. Arreglé mi habitación, desayune, recogí la cocina y me arreglé. Salí de casa, no sin antes enterarme que mi hermano me había cambiado el mote, ya no era un mono, era un oso perezoso, por dormir tanto después de estar con un chico. Dice que soy rarita, que todas las niñas de su clase van diciendo que si el nuevo niño guapo y mayor de segundo les besara no dormirían en toda noche. Aun debe estar disfrutando la colleja que le di antes de salir corriendo.

Iba mirándome las zapatillas blancas, un poco pisadas. No era necesario que mirase al frente porque mi cuerpo andaba casi solo de las veces que he hecho este mismo trayecto hacia el parque. Dentro de los tipos de acciones, estaría casi en el grupo de según el grado de consciencia y dentro de este de las acciones aprendidas… supongo. ¿Sería posible que fuera pensando en filosofía la mañana después de empezar con Lucas?

Pero yo no iba a ser la típica que se lleva todo el día pensando un chico, ¿no? Quizás lo habría sido hace unos años, cuando no sabía hablar de otra cosa que de un chico guapísimo que por aquel entonces tendría mi edad actual. Creía que se me iría la vida por él. Todas las chicas del instituto creíamos lo mismo y todas sobrevivimos. Bendito principio de revolución de hormonas, que tiempos aquellos. Quien le iba a decir a aquella niña tonta, simplemente, que Lucas existía.

Mientras volvía una esquina por la que ya se veía el parque, me di cuenta de que iba sonriendo sola por la calle, con la cara de babosa subnormal que me había descrito Andrea, la cual ya veía tirada en el césped con el resto del equipo. Iba a cruzar la carretera pero alguien me agarro de un brazo, y me obligo a volver la esquina por la que acababa de pasar. Mi mente ilusa rápidamente pensó en una persona, Lucas, así que sonreí aun más.

La sonrisa no me duro más de una milésima de segundo puesto que era Sara.

-          No le digas a nadie que me viste anoche.

Iba a contestarle, pero sus pintas me dejaron un poco paralizada. La melena rubia de bote la llevaba totalmente despeinada y enredada, el maquillaje corrido, unas ojeras impresionantes y los ojos hinchados. El mismo vestido azul que llevaba anoche estaba arrugado y tenía la cremallera algo descosida. Los zapatos de tacón habían sido sustituidos por unas chanclas de playa que se notaban que no eran suyas puesto que le quedaban enormes. No tenía pintas de haber pasado una mala noche más bien de pegarse el fiestón de su vida.

Y mientras yo la observaba descaradamente de arriba abajo ella miraba de vez en cuando incómoda un coche aparcado a nuestro a lado. El coche con el que casi nos chocamos.

-          Mira bonita no tengo todo el tiempo del mundo para que reacciones ¿vale?
-          ¿Qué? –le respondí.
-          ¡Que no le digas a nadie que nos viste anoche, joder!
-          Como si no tuviese nada mejor que hacer. –mentí. Estaba deseando llegar al parque para contárselo a Andrea. –¿también vas a ir a suplicarle a Lucas o que?

Entonces su postura cambio y  oculto su incomodidad. Era como si hubiésemos cambiado de conversación sin yo darme cuenta. Yo había intentado confundirla con Lucas, pero parecía un terreno mucho más seguro para ella. Ahora Sara sabía de que hablaba y yo me había perdido intentando descifrar la sonrisa de bruja maléfica que dibujo en su rostro.

-          Te aseguro que Lucas no dirá nada, le conozco muy bien.
-          Pues no creo que el tenga motivo para hacer nada por ti, ¿tu crees que si? –logré que esto le molestara, por un miserable segundo. Su seguridad volvió al instante.
-          Te cedo eso, no lo hará por mí. Pero por muy bueno que creas tú que es, estoy segura de que aun conserva un mínimo de ego. Lo hará por él.
-          ¡Sara! ¿todo resuelto? –Ambas miramos donde se encontraba el coche de antes, la puerta del copiloto estaba abierta y el chico moreno que anoche se encontraba tan ebrio, estaba allí, con peores pintas que Sara, si cabe.
-          Sí Carlos. –le respondió ella.

Y sin decir una palabra más ambos montaron en el coche. Les veía marcharse a lo lejos mientras yo seguía plantada en el mismo lugar. Escuche que alguien se acercaba por atrás, di media vuelta y me encontré con Andrea.


-          ¿Qué hablabas con el pajarraco ese? –me preguntó.
-          Nada. –menudo respuesta convincente.
-          Te he estado viendo todo el tiempo y no parecíais hablar sobrenada. –al ver que yo no respondía dijo. –y tu cara corrobora que algo pasa. Me reí ocultando la supuesta cara.
-          Pásame lo que sea que estas fumando, te hace flipar y tus ojos no lo notan.
-          Odio que sepas mentir, ¡no se cuando lo haces y cuando no! Y por cierto, tienes que contarme que pasó anoche, -iba hablando cada vez más rápido, señal de que iba para largo así que comencé a caminar hacia el parque. - dónde te llevo, qué te dijo, qué le dijiste, qué hicisteis… ¿Estáis saliendo verdad? ¡Se nota en tu cara! No sabes cuanto me alegro, ¡Ey! No me dejes con la palabra en la boca, ¡espérame!


Estábamos en el parque todas hablando y opinando sobre algo aparentemente muy importante. Bueno, en realidad todas lo hacían menos yo que estaba completamente ausente y no tenía ni idea de cual era el tema de conversación. De todas maneras mi opinión no parecía demasiado relevante ya que llevaba así veinte minutos y nadie puso objeción alguna. Me odiaba por estar así.

Anoche me prometí a mi misma que no haría caso a ningún comentario más y además de no cumplir esto, estoy participando en este juego. En cualquier situación que se me ocurra le habría contado esto a Andrea y sin embargo se lo ocultaba. Lo más frustrante es que no sabía por qué y aun así veía la necesidad de encubrir algo, algo malo.

-          ¿Te parece bien Celeste? –escuché decir a Cassandra.
-          Si, claro. –contesté indiferente.
-          Como va a decir que no si sabe de sobra que no va a chupar banquillo como otras. –dijo molesta Raquel, una de las chicas del equipo morena, alta y un poco inmadura.
-          ¿Y desde cuando chupas tu banquillo? ¿Hemos cambiado de equipo y no me he enterado?
-          Lucas ha hecho estragos en ti, estas atontada. ¡Despierta, llevamos todo el tiempo hablando sobre eso! –saltó Andrea, callando a otra de las chicas que pregunto con voz apenada si Lucas tenía novia.
-          ¿Sobre chupar banquillo? –pregunté extrañada. Todas entornaron los ojos, algunas hasta un poco asqueadas, entre ellas la chica de la voz apenada.
-          No, sobre cambiarnos de equipo. No tenemos donde entrenar ni jugar, van a hacer otro campo de fútbol y no te pongas a defender el fútbol porque suficientes campos hay ya aquí.
-          ¿Y cual es el plan? –pregunté.
-          Al equipo de Horquilia le han cortado el rollo y necesitan jugadoras en condiciones.
-          Di las cosas como son Cassandra. –comenzó a decir Raquel. –El entrenador ha dicho jugadoras como tú, Celeste y Andrea, las demás son para rellenar. No me parece justo que vaya celeste siendo yo mucho más alta que ella. –me lanzó una mirada asesina, como si yo tuviese la culpa de algo de lo que ni siquiera me estaba enterando bien.
-          Bonita, ¿no te han dicho nunca que el tamaño no importa? Quieren a ella y no a ti. Ve y demuestra que sabes jugar. Celeste, ¿quieres ir?


Mi primer pensamiento fue que no. Pero no me precipité y empecé a sopesar la opción de que fuese una buena idea. Necesitaba cambiar un poco de aires y dentro de una semana ya estaría aburrida de este parque y de la misma gente como todos los años. Así podría conocer a gente nueva, entre tanto snob debía de haber alguien que mereciese la pena. Aparte, Lucas había vivido ahí toda su vida, pensé que sería una buena forma de acercarme más a él.

Sin más, acepté. Poco a poco todas empezaron a irse, sin saber yo muy bien que exactamente había quedado en claro. Cuando solo estábamos Andrea y yo le conté la pasada noche. Por un momento sopesé la posibilidad de contarle la parte del casi accidente pero al final no lo hice. Y mientras ella me decía que Lucas era un cursi, alguien a mis espaldas me tapó los ojos.

Me sonrojé al pensar que habría escuchado mi conversación con Andrea, empecé a temblar por verle y mi corazón iba a estallar. Tampoco pude evitar sonreír como una pava.

-          ¡Lucas que se que eres tu! Hombres, que predecible sois. –ante mi comentario multitud de voces empezaron a carcajearse al unísono.

Las manos desaparecieron devolviéndome la visión. Volteé a ver cual era el motivo de las risas y cual fue mi vergonzosa sorpresa, que las manos no eran de Lucas, eran de mi prima Lidia. Gabriel se reía por lo bajo mientras abrazaba a Andrea que casi lloraba de la risa. Ella no se reiría de una broma tan simple, era peor, estaba segurísima de que se reía de mi cara. Aitor y Víctor se estaban metiendo conmigo y Lucas, se limitaba a sonreír.

-          Lo sabías. –le recriminé.
-          Ey –se acercó y se sentó a mi lado. –yo también he salido perjudicado, me he apostado diez euros a que no me nombrarías. Te prometo que si hubiese sabido que se reirían de ti no lo habría echo. Aunque no te niego que ha estado bien perder la apuesta. No ha sido con mala intención en serio solo…
-          ¡Lucas, Lucas, Lucas! –me reí. – que no estoy enfadada idiota. El día que eso ocurra no te cabrá duda de que lo estoy. Oye y, ¿quien te pensabas que yo creería que era?
-          Tú prima, por ejemplo. –se encogió de hombros –No sabía si tenías cosas mejores que hacer que pensar en mi, yo desde luego no las he tenido.
-          Pues si lleva toda la mañana ausente y no es por ti, ya me dirás tú que es. –intervino Andrea.
-          Cállate. –le dije al tiempo que me acercaba a Lucas y le besaba. Al separarnos le dije – ¿podemos hablar?
-          Claro. ¿Qué pasa?
-          A solas. –asintió extrañado mientras se incorporaba y me daba la mano para ayudarme a levantarme. –Sara ha hablado conmigo esta mañana y venía con el chico de anoche un tal…
-          ¿Carlos? Si, mejor hablamos esto a solas.  

7 comentarios:

  1. Ohoh, la cosa se pone interesante ^_^
    Me encaaaaaaaaaaaaanta:$
    Un beso!

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  2. Hola, Celeste, ¿qué tal? He leído este capítulo y, la verdad, es que me has sorprendido muy favorablemente. Algunos párrafos son realmente buenos.Sigue así que lo estás haciendo bien.
    Ahora lo negativo =))
    1.- Ten cuidado con los acentos, los omites con demasiada frecuencia y la falta de una tilde es una falta de ortografía y, además, le cambia el sentido a la palabra. No es lo mismo amó que amo, sacó que saco etc... Reléelo y búscalos y si puedes los corriges.
    2.- Has cometido una tremenda falta en el último párrafo donde Lucas se ríe de Celeste y ella le dice que no está enfadada. Pues bien, en la línea siguiente has puesto "caberá" del verbo caber un verbo muy irregular. Es "cabrá". No te cabrá duda.
    Ten mucho cuidado con estas cosas porque son un auténtico palo para el idioma que es tu herramienta de trabajo cuando escribes.
    En fin, sigue así, que lo estás haciendo bastante bien. Un beso.

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  3. Hola Laura!
    Muchisimas gracias por leer el capitulo y sobretodo por comentar :)
    Por un lado me "alegro" que lo negativo sea referente a las faltas, porque, hace tiempo hice una entrada explicando porque la falta de tildes:
    faltan tildes en la historia, creedme lose y me da mucho coraje, pero cuando intento escribir una tilde me sale esto por ejemplo: c´´esped. Así que copio y pego las vocales que lleven tilde en todo el texto. Con palabras como césped, que me las corrige el word no tengo problema, lo malo es que palabras como "esta o está" o verbos como "recorte o recorté" esta bien escrita depende del contexto, así que se me escapan muchas al corregir el texto porque no están subrayadas!

    Es justo lo que tu has explicado de los verbos jaja
    Y en cuanto a "cabera" no tengo excusa, no se en que estaba pensando... jajaja

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  4. Supongo que estarías a años luz del pc y pensando en las musarañas;jajajaja, y ¡pc malo! vaya trabajo que tienes que hacer. Besos

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  5. Tu historia me encanta! es taaaan bonita, ademas el prota de mi historia también se llama Lucas jaja
    te sigo guapa:)

    pásate si quieres:
    siestasconmigo.blogspot.com

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  6. Me encantó!! Jo solo keda uno!!!! Yo ahora voy a leerlo y cada vez lo haces mejor!!! Algun dia tendria k mirar los fallos ke tuvieses y te lo diria trankilamente, jejeje!!! Un besazo wapa!!!

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